La inklinación te da una visión diferente, quizás distorsionada, te sitúa en la inseguridad permanente, te hace sentir. Nunca acabas de saber si vas a caer, a luchar por tu propia erección o a seguir, sencillamente, en un abismo que te recuerda a ti misma y a todo lo demás. A veces pasa eso, que a una le da por pensar o por inklinarse a hacerlo.
dimarts, 21 de desembre del 2010
inklinegación encorbatada
Érase una vez un joven intelectual con gafitas redondas al que le gustaba mucho leer y escuchar.
Un día decidió dejar de leer y dejar de escuchar y se puso una corbata.
La corbata lo encorbató y con el tiempo, le salió una barriga muy grande, su cara se llenó de marcas y sus ojos se inklinaron a la desconfianza.
Pero ¿sabéis qué...? Todos los hombres pueden cambiar. Basta con que se quiten la corbata y vuelvan a respirar con dignidad.
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