La inklinación te da una visión diferente, quizás distorsionada, te sitúa en la inseguridad permanente, te hace sentir. Nunca acabas de saber si vas a caer, a luchar por tu propia erección o a seguir, sencillamente, en un abismo que te recuerda a ti misma y a todo lo demás. A veces pasa eso, que a una le da por pensar o por inklinarse a hacerlo.
dimarts, 14 de desembre del 2010
oveja inklinada al lila
Ella llegó primero, con ganas de corretear a lo loco por el monte, diferente a todas, vestida de lila y con calcetines de lana. Luego llegó el tigre, un poco más serio, todo hay que decirlo.
Tiene de especial su corazón. Se puede ver, porque lo lleva puesto a todas partes. Y sí, su corazón es lila porque también nos ha salido rarito...
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